Su nombre proviene de la comarca de La Garrotxa, en la provincia de Girona. También se le conoce con el nombre catalán de formatge pell florida (queso de corteza enmohecida).
En realidad se trata de un queso recuperado a partir de su forma tradicional, ya extinguida, adaptándose a las condiciones de la zona. Entre las nuevas peculiaridades de su proceso de elaboración está el enmohecimiento exterior, que caracteriza su imagen externa.
Se recomienda acompañar de vinos de la región del queso, blancos muy secos y afrutados.
Pasta semidura, corteza gris lavada, con un profundo aroma láctico.